La Montaña y el Covid-19

Cuando llegue el momento tan ansiado para que se acabe esta pandemia del Covid 19, en su última fase. Con mucha tranquilidad todo volverá a la supuesta normalidad. Aunque creo que esa supuesta normalidad, hará que todo sea diferente. En la práctica de nuestro deporte pasión la Montaña y los nuevos hábitos sociales marcados por su mayor higiene, autoprotección, y el distanciamiento social nos afectara en nuestras actividades diarias.

Nuestro deporte se practica al aire libre y generalmente en grupos pequeños, ambas condiciones favorables. Aunque pueda parecer que el montañismo (en todas sus modalidades) es un deporte que se practica en equipo, no es exactamente ni un deporte en equipo ni un deporte de contacto. Nuestro deporte es, más bien, un deporte individual que se practica en grupo. Por tanto, desde el momento en el que el deporte de montaña es un deporte en grupo, tendremos que adaptarlo a la nueva situación.

La parte más sensible en la práctica de nuestro deporte pasión en la montaña en esta fase de la pandemia, probablemente, el uso de los refugios de montaña. Quienes hayan pasado una noche en un refugio ya conocen que estas infraestructuras, de gran utilidad para el montañero, no son el mejor ejemplo de distanciamiento social.


La instalación de los Refugios de Montaña, hacen que el estrecho contacto social sea inevitable. La gran afluencia de visitantes, en estos espacios, se vivan situaciones de masificación. Sin pretender cuestionar el buen trabajo y la aptitud de los guardas de los refugios, la higiene en estas instalaciones siempre ha sido difícil y limitada. Simplemente, somos demasiados usuarios.


 


Los refugios verán reducidos sus aforos. También van a cambiar sus prácticas. En las habitaciones se retirarán las mantas/edredones reutilizables, y almohadas desaparcarán hasta próximas temporadas. Estaremos obligados a llevar nuestros propios sacos de dormir. Además, para asegurar aun mayor higiene, probablemente, se generalice el uso de cubre-colchones desechables.



 


En relación con lo anterior, el vivac o tienda de campaña individualizada se presentan como una práctica más segura para nuestras noches en montaña, siempre respetando las distancias de seguridad. Si se duerme en tienda de campaña ha de ser individualmente (una persona por tienda), pudiéndose compartir solo en el caso ya existiese previamente un contacto personal estrecho en el ámbito del hogar (por ser familia, pareja, compañeros de piso, etc…).


Durante la actividad en sí, hemos de mantener una distancia de seguridad que, creemos debe ser muy superior a la recomendada por los expertos. Lo que sobra en la naturaleza e espacio, movemos por senderos y sendas de montaña en hilera, siguiendo una huella y que, que por tanto, nos encontraremos en la estela de las micropartículas exhaladas por el montañero que nos precede. A esto hemos de sumar el efecto del viento, que podría extender, incluso aún más allá, el ámbito de alcance de esas partículas. Aprovechemos la excusa para separarnos y disfrutar de la tranquilidad de andar solos en la  naturaleza y con los compañeros a un abuena distancia de seguridad.


Por suerte, en la montaña ya estamos acostumbrados al uso de elementos de autoprotección. El uso de gafas de sol en montaña esta extendido y, en estos tiempo ,con más razón hemos de seguir utilizándolas. Tampoco está de más generalizar el uso de las mascarillas y guantes en nuestras actividades. Toda barreras, sin duda, un obstáculo a la propagación de los patógenos. La nueva situación tan solo exige, quizás, que utiliciemos  otros elementos adicionales o que adptemos los que ya veniamos utilizando, prestando un poco más de atención a su adecuada manipulación en higienización.









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