El Pico Almanzor.



Situado al sur de la provincia de Ávila, encontramos una espectacular creación natural de lagunas, gargantas, circos, riscos, galayos y depósitos morrénicos, escenario en el que habita la cabra hispánica. En la Cordillera Central, separando los ríos Duero y Tajo, como un muro granítico, se levanta la Sierra de Gredos, un espacio tallado por la erosión glacial en la que destacan el Circo y la Laguna Grande de Gredos, presididos por el esbelto pico Almanzor, con 2.592 metros, la máxima altura de todo el Sistema Central.

Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, la Sierra de Gredos puede considerarse como un auténtico paraíso para la flora. Las diversas especies vegetales aparecen distribuidas en pisos superpuestos que alcanzan su culminación en el piso alpino, el más interesante de todos ya que en el mismo se ha localizado un gran número de endemismos botánicos.

Si el relieve convierte Gredos en una bella y espectacular montaña, desde el punto de vista biológico su hábitat nos ofrece uno de los espacios más interesantes de toda Europa occidental.

El Almanzor fue escalado por primera vez en septiembre de 1899 por Manuel González de Amezúa y José Ibrián Espada, y la primera ascensión invernal fue realizada en 1903 de nuevo por Amezúa e Ibrián Espada, acompañados esta vez por Ontañón y Abricarro. En 1960 se colocó una cruz de hierro forjado en su cima, para sustituir a la barra que ocupaba este lugar y que había desaparecido en 1959 al supuestamente impactar sobre ella un rayo.

Tras alcanzar esta última se divisa el Cuerno del Almanzor, un llamativo penacho rocoso que se levanta sobre las Canales Oscuras.8 La última trepada entra dentro del segundo grado de escalada UIAA. Hay otra vía de acceso menos utilizada, partiendo de la población de El Raso se asciende por una pista forestal hasta la plataforma del Jornillo, continuando a pie por la Peña de Chilla hasta coincidir con la primera ruta en la portilla Bermeja.
LA LEYENDA DEL ALMANZROR:
"A finales del siglo X, Almanzor avanzaba con sus tropas por las cercanías de estas sierras, y al tomar una aldea, uno de los lugareños, para salvar la vida, se ofreció a entretener al caudillo árabe narrándole historias mientras éste cenaba.
- Allí arriba, donde la tierra rasga el cielo, se encuentra una laguna singular, mágica. Es un lugar al que ninguno de nosotros se atreve a llegar porque allí pasan cosas.
- ¡No sabes con quién hablas! Soy Almanzor. Ante mí se inclinan nobles y reyes. Conquisto cuanto quiero y nada ni nadie se me resiste.
- Pero... señor... En esa laguna hay magia. No se conoce su profundidad, y en sus aguas habitan seres que arrastran al fondo a todo aquel que se aproxima a la orilla. Además, desde ella se producen tormentas y se escuchan voces que llaman con dulzura a los caminantes que atraviesan los montes.
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Por la mañana, Almanzor llamó a uno de sus más fieles escuderos y a cinco miembros de su guardia personal. Mientras el campamento comenzaba a desperezarse y a prepararse para continuar la campaña, los caballos azuzados por los jinetes remontaron lentamente la montaña hasta llegar a la laguna. Dejando atrás a sus acompañantes, el caudillo árabe se aproximó a la orilla.

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