Como orientarse en montaña.
Sólo cuando aprendemos el manejo del mapa y la brújula podemos empezar a pensar que somos montañeros autónomos, gente capaz de llegar a buen puerto. La orientación con mapa y brújula es todo un arte que solamente se llega a comprender con entrenamiento, paciencia y sobre todo voluntad, siendo este medio indispensable e insustituible por cualquier medio tecnológico como el GPS, siendo este último un auxiliar de seguridad en orientación en la montaña.
La orientación: es la capacidad para saber determinar donde estás, tanto sobre el terreno como trasladando esa situación al mapa. Y en consecuencia, hacia dónde debes dirigirte para llegar al punto deseado.
El Mapa: es la representación a escala de toda o parte de la superficie de la tierra. Normalmente se presenta como una visión desde el aire en la vertical sobre la porción del territorio cartográfico. Los mapas más utilizado para orientarse en la montaña son aquellos con escalas de 1:25000/1:40000/1:50000.
La Brújula: El milenario y popular invento nos señala siempre la dirección del norte magnético. Existen varios tipos y numerosos modelos, pero todos se basan en el mismo mecanismo: en su interior hay una aguja magnética que gira libremente sobre un eje, cuyas puntas señalan constantemente hacia los polos magnéticos de la tierra.
Altímetro: Es un barómetro graduado en metros, miden con precisión las columnas de aire existente sobre ello. El peso del aire o presión atmosférica, disminuye con la altitud y el altímetro aprovecha ese principio.
Para interpretar el mapa, conviene extender un buen mapa sobre la mesa y observar, hasta que nos empiece a hablar. Entender la leyenda del mapa, su simbología, sus colores, sus líneas, su escala, todo aquello representado sobre una hoja, es el punto de partida para cumplir con la finalidad de la orientación, que no es otra que saber donde estamos para saber a dónde vamos.
Normalmente nos perdemos porque olvidamos a menudo hacernos ésta pregunta básica: ¿Dónde estamos? Para cuando queremos saber nuestra posición, ya es tarde, y sin mapa ni brújula resulta muy difícil ubicarse. Por eso debemos tener siempre a mano mapa, brújula y altímetro. para ser capaces de señalar con exactitud el lugar en el que estamos. Y si sabemos donde estamos, podemos elegir a dónde ir.
La orientación exige dedicación, entrenamiento, horas de ensayos y errores pero es un ejercicio absorbente, divertido y que concede al usuario un grado de autonomía que le permitirá disfrutar de la montaña sin dolores de cabeza. Siempre puedes aprender de la mano de un Técnico deportivo en montaña, son cursos simples, y a la vez prácticos, sin complejidad, podrás ver que es más fácil de lo que creías. que te ayudará y te facilitará el aprendizaje.
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